Esta es la historia de dos países que estaban separados por un alto muro. Los habitantes del lado bueno creían que los otros eran los malos y a los del lado contrario les pasaba lo mismo. Los pobladores de ambos países pudieron mezclarse y comprobar que todos eran muy parecidos. Y así vivieron en armonía, sin etiquetas que los clasificasen en buenos y malos y sin barreras absurdas que los separasen.
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